Los andaluces somos el resultado de siglos y de culturas. Nuestra forma de ser, de pensar, de sentir, de hablar, de comer, de expresarnos, de vivir, etc… no son sino el reflejo de los numerosos pueblos que han pasado por nuestra tierra a través de los tiempos. Y todavía, aún hoy, seguimos aprendiendo de cada ser humano que, con una cultura diferente, llega a nuestro suelo.
Somos así porque lo llevamos en nuestros genes, en nuestra forma de sentir, en nuestra forma de mirar. Y aquí seguimos, siglo tras siglo, disfrutando de la vida en nuestra tierra.
Y para celebrar lo afortunados que somos por todo ello, el pasado viernes 23 de febrero tuvieron lugar las actividades que nuestro centro realiza para conmemorar el día de nuestra querida Andalucía.
Durante dos semanas los miembros del departamento de Geografía e Historia trabajaran con el alumnado de todos los niveles el amplio, rico y variado patrimonio histórico que poseemos en nuestra bendita tierra. Esto se llevará a cabo en las horas correspondientes a las materias impartidas por nuestro departamento.
Como es ya tradición se llevó a cabo un desayuno molinero organizado por el AMPA de nuestro centro, a la cual agradecemos de corazón su trabajo y dedicación, para que nuestros hijos e hijas disfruten de algo tan mágico como un buen trozo de pan con oro líquido.
A 4ª hora procedimos a llevar a cabo una charla sobre el porqué celebramos y recordamos cada año qué significa nuestra tierra. Posteriormente el Himno de Andalucía fue interpretado por el alumnado de música a la par que se izaba nuestra la bandera. Tras ello, algunos alumnos de 3º de ESO explicaron a sus compañeros la historia, origen y significado de los diferentes elementos que componen nuestra bandera.
Para terminar, no podía faltar otra de nuestras señas de identidad: la música andaluza, que amenizó el resto de la jornada.
Todas las actividades realizadas están perfectamente encuadradas en diferentes Objetivos de la Agenda 2030. Entre ellos destacamos:
➢ Objetivo 2: Poner fin al hambre, en su apartado 2.1Para 2030, asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año
➢ Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, en su apartado 4.7 De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
➢ Objetivo 11: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, en su apartado 11.4 Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo; y en su apartado 11.a Apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales fortaleciendo la planificación del desarrollo nacional y regional.
De esta forma, desde nuestro centro, nuestro pueblo, nuestra Andalucía seguimos luchando por hacer de este mundo una tierra de futuro para nuestras futuras generaciones.
No podíamos despedirnos de este gran día sin recordar lo que somos y que mejor que hacerlo a través de uno de nuestros grandes y universales poetas: Luis Cernuda.
UN MUCHACHO ANDALUZ
Te hubiera dado el mundo,
muchacho que surgiste
al caer de la luz por tu Conquero,
tras la colina ocre,
entre pinos antiguos de perenne alegría.
Eras emanación del mar cercano?
Eras el mar aún más
que las aguas henchidas con su aliento,
encauzadas en río sobre tu tierra abierta,
bajo el inmenso cielo con nubes que se orlaban de rotos resplandores.
Eras el mar aún más
tras de las pobres telas que ocultaban tu cuerpo;
eras forma primera,
eras fuerza inconsciente de su propia hermosura.
Y tus labios, de bisel tan terso,
eran la vida misma,
como una ardiente flor
nutrida con la savia
de aquella piel oscura
que infiltraba nocturno escalofrío.
Si el amor fuera un ala.
La incierta hora con nubes desgarradas,
el río oscuro y ciego bajo la extraña brisa,
la rojiza colina con sus pinos cargados de secretos,
te enviaban a mí, a mi afán ya caído,
como verdad tangible.
Expresión amorosa de aquel mismo paraje,
entre los ateridos fantasmas que habitaban nuestro mundo,
eras tú una verdad,
sola verdad que busco,
mas que verdad de amor, verdad de vida;
y olvidando que sombra y pena acechan de continuo
esa cúspide virgen de la luz y la dicha,
quise por un momento fijar tu curso ineluctable.
Creí en ti, muchachillo.
Cuando el amor evidente,
con el irrefutable sol del mediodía,
suspendía mi cuerpo
en esa abdicación del hombre ante su dios,
un resto de memoria
levantaba tu imagen como recuerdo único.
Y entonces,
con sus luces el violento Atlántico,
tantas dunas profusas, tu Conquero nativo,
estaban en mí mismo dichos en tu figura,
divina ya para mi afán con ellos,
porque nunca he querido dioses crucificados,
tristes dioses que insultan
esa tierra ardorosa que te hizo y te hace.